La axiología: es la teoría de los valores. Es una investigación de eso ideales que motivan al hombre a juzgar las cosas buenas y malas; bellas o feas; verdaderas y falsas. Y hay tres tipos que integran el campo axiológico.
Que son:
- Valores éticos.
- Valores estéticos.
- Valores lógicos.
Valores éticos: son todo aquellos valores de calificación que nos dan o nos impone una sociedad para llamarnos dignos o no de ejercer una profesión u oficio, como profesores tenemos que hacer valer nuestra ética de educadores.
Valores éticos: son los de mayor influencia en nuestra vida. Orientan la labor de Orientalista, Legisladores y Jurisconsultos
Valores lógicos: son aquello que son del conocimiento colectivo que reflejan los que pensamos, decimos o hacemos de forma racional, da por el hecho de ser un conocimiento reconocido como verdadero, por la comunidad o la sociedad que nos rodea.
La Axiología y Filosofía del derecho.
En la axiología y la filosofía del derecho, “bienes” y “valores” son conceptos claves. En el impreciso lenguaje corriente, ambos términos significan prácticamente lo mismo. Un bien es al que vale; es un valor.
Por ejemplos estos:
En las bolsas se negocian valores.
Se roban cajas fuerte porque estas suelen contener valores, en estos caso papeles que tienen valor (dinero)
El dinero sea moneda o un trozo de papel, es lo que es porque vale. Es un valor.
La mercancías son bienes, cada una tiene su precio; su valor en dinero.
Entre otros casos.
Los valores economicos son los unicos que pueden ser negociados, encerrados en cajas fuertes y robados. No se crea que nada tenga que ver con la axiología: la teoria de los valores nacio en los bancos y casa comerciales. Los valores éticos, estéticos y religiosos, desde luego, no pueden competir con ese gran señor que es Don Dinero. Sin embargo, contribuyen a configurar nuestra realidad social. Así el valor “justicia” preside de organización legal y juridica de la nación. Tanto el dinero en cuanto valor, como los valores éticos, estéticos y religiosos son entes ideales. Les corresponden los bienes como entes concretos. La codicia de un hombre por un cierto tipo de valor, no es criterio de jerarquización. Si fuese tal, se llevaría la palma del dinero, valor que abre la puerta a todos lo placeres y bienes materiales. Afortunadamente, lo bienes espirituales: la sabiduría y la virtud, no se consiguen a precio de dinero.
1.) - Ha todas estas ¿Qué son bienes?
La existencia es axicéntrica. El valer de la cosas tiene prioridad sobre su ser. Dicho heidegerianamente: el valer esconde al ser. No es, pues, extraño que lo términos que expresen adverbialmente lo que esta bien o mal; y los sustantivos el bien, el mal, lo bueno, lo malo, la bondad, la maldad, anden en boca de todos.
a) El “Bien” y el “Mal” son adverbios laudativos que caracterizan valorativamente gran número de juicios. Se aplican a lo que sea; el presente, pasado y el porvenir; alo voluntario, involuntario y aconsciente. El sustantivo “bien” suele usarse en sentido relativo. También el bienestar es un bien en sentido relativo; se refiere a lo bien que se siente el hombre que goza de buena salud, vive en paz consigo mismo y tiene dinero, lo suficiente como para no tener que pensar constantemente en él.
b) En sentido moral, el bien es un concepto normativo fundamental del orden ético; es el valor central de la axiología ética. Obsérvese que es un concepto; una abstracción, una palabra sin realidad real, pero si con realidad ideal muy operante. En ética, bien es todo cuanto valga moralmente. Cuando lo útil, los valores, las riquezas y el bienestar no se obtienen a costa del mal ajeno y dañando derechos de otros, ni directamente ni en sus efectos, tales bienes útiles son morales,; en caso contrario serian inmorales..
c) El bien moral no se identifica con el deber moral. Ante todo no todo deber es moral. Quien “cumple su deber” sirviendo ocho horas a una máquina, es un simple gana pan. La moralidad de su “deber cumplido” depende de lo bien o mal que emplea el jornal ganado. El deber moral es realizado con miras exclusivamente a la perfección del acto. Pero vallamos a comparar el bien moral con el deber: ambos son categóricos. Pero el bien es obediencia a una autoridad: a internalizaciones psíquicas que presionan en forma de conciencia moral. El deber, en cambio, es cumplido como norma de perfección humana. De donde se saca que en el bien moral pesa más la buena intensión, mientras que en el deber el peso de la moralidad se desplaza hacia el acto: el deber cumplido calificado moralmente, no la intención de quien lo cumplió.
d) Lo filósofos de todos lo tiempo han hablado del “sumo bien”. En filosofía griega el bien por excelencia o sumo bien es “lo bueno en sí”. Los demás bienes no son más que medios que nos acercan al sumo bien. Para Platón y los cristianos, el sumo bien se identifica con la divinidad. En sentido más terrenal, el sumo bien es el fin al que se dirige toda actividad en el mundo. Es el fin universa “hacia” el cual tienden las cosas; el fin “para” el cual están hechos los entes. Es éste el concepto de sumo bien, tal como lo expone Aristóteles. En la filosofía moderna, sobre todo en la Kant, el sumo es bien es aquel que satisfaga al hombre íntegramente., tanto como ser racional, como en relación a su sensibilidad y actividad volitiva. “El sumo bien es el objeto que satisfaría toda la faculta de desear de seres racionales y finitos”. Es el ideal de la suma perfección humanos.
e) El examen de semántica de “bien” y “mal” y de sus derivaciones verbales conducen a dos grandes significaciones: el bien como utilidad y el bien como perfección. El bien como utilidad equivalente a felicidad. El bien vuelve dichoso: “felicita” a quien lo recibe y posee. Esto es lo que comúnmente hasta el día de hoy conocemos por bien. “Lo bueno” es todo cuanto remedie nuestras necesidades y satisfaga nuestros deseos. También hay bienes útiles que se clasifican impropiamente de “morales”: buena reputación, altas posición social, cultura personal, saber, dominio artístico y profesional. Estos bienes útiles son realmente reales. Pero el hombre es un incontenible convertidor en cosas valentes de cuanto tenga a mano. Si no puede manejar valorativamente las cosas físicamente reales, acomete a las palabras e ideas: se fabrica entonces estados anímicos que los hagan dichos ilusoriamente. Son los bienes útiles “espirituales”: amor eterno que se juran los jóvenes, utopía de una vida sempiterna, de un mundo transformado en paraíso; los consuelos y esperanzas que infunden las creencias mágicas y religiosas, el cultivo del arte, de la ciencia y de la filosofía. Ante el afán humano de crear “útiles, utensilios y enseres” euforizantes, no hay nada que se resista.
f) Los bienes útiles, calificados comúnmente de “morales”, sean reales, espirituales, meramente palabreros, ilusorios o alucinatorios, no son bienes morales en la correcta aceptación del termino. Es que no son bienes de y para la universalidad de los humanos. No son bienes de todos y para todos. Hubo hombre para quienes, en verdad, el dinero era basura. Lo que a uno le fastidia, a otro le fascina y lo deleita; las amas de casa y la gente en general tienen razón cuando protestan contra la supresión de las telenovelas que compensan sus trabajo embrutecedor con una intensa fruición, por más que a los intelectuales les parezca abominable el “tele-culebrón”; es comprensible que los creyente no toleren que les destruyan su fe, fuente consuelos y esperanzas. Es sobre todo en los predios del arte contemporáneo donde lo gustos son extremadamente subjetivos. El “perro crucificado” de von Dangel o la “catedral” de chachivachis de Switters conmueven religiosamente a algunas persona; a otras las irritan, pues consideran el arte degenerado o blasfemo. (Esto le paso no hace mucho a un cura párroco de Caracas cuando, en un exposición, destrozo a bastonazos el “perro crucificado” de von Dangel). Sea lo que fuere: en los bienes útiles surge la subjetividad; son bienes según unos; y males, según otros.
g) En la axiología ética, la única significación que puede tener el término “bien” es la perfección moral. La perfección moral del hombre de su sociedad es una ideal universal; y su relación representa un bien igualmente universal objetivo: bien de todo y para todos. Un bien estimado por la universalidad de los seres racionales. En el mundo ha habido y habrá dos tipos hombre “buenos”, un es aquel que nos-hace-bien. Es el hombre que ofrece la felicidad o al menos no es un obstáculo para conseguirla. Es un bienhechor; un héroe nacional. Desde las sociedades primitivas hasta el siglo XX en su cultura de masa. El bienhechor es el modelo de la personalidad altamente moral; es el ideal o ídolo de los moralistas populares. Sin embargo, desde el punto de vista de la axiología de lo humano, no lo es. Lo es más bien el otro tipo de hombre “bueno”: este no nos-hace-bien, no es esto el fin de la moralidad. Es el hombre que hace-el-bien. Y no hace con miras a un grupo, o los de su secta, partido o pueblo; lo hace con miras a la perfección del hombre, como tal. Son unos pocos los hombres que así han hecho históricamente “el bien”.
2.) – Los Valores:
Desde que Nietzsche escribió su “Voluntad del Poder”, la cuestión de los valores ha hecho furor. En filosofía y fuera de ella. A menudo dice - y con razón – que la crisis espiritual de la actual humanidad; sublevación juvenil y desorientación de los adultos, se debe a la perdida de los valores tradicionales.
El tema de los valores es un de los más difíciles de tratar por lo extenso de su campo y por lo confuso de las doctrinas y posturas. Desde que el mundo es mundo, los hombres valoran, prefiere, rechazan, eligen. Y desde que se filosofa, se elaboran doctrinas y posturas en relación al hombre valorante y a como debe valorar.
El concepto de valor campea en la filosofía contemporánea a partir de Nietzsche. Sin embargo las primeras teorías axiológicas no las publicaron los filósofos, sino lo economistas. La más celebre teoría del valor económico está expuesto en “El Capital”.
a) ¿Qué es el valor en axiología?
El valora a diferencia del bien, carece de realidad real. Es una relación: deseabilidad de felicidad o de perfección; su realidad es ideal. Ni lo que vale ni los sujetos que valoran son valores. El valor no es ubicable en el espacio, ni esta alojado en la caja craneana. Es el trecho que desde el hecho (deseado) al derecho de (gozarlo). En resumidas cuentas es un hecho que acaece como actividad psíquica pensante, imbricada de afectos más o menos intensos.
b) ¿Cual es el origen de los valores?
Como en gnoseología con relación a las ideas, puede suponer que lo valores proceden de la experiencia o que sean innatos en el espíritu humano. Ocupemos primero del concepto absoluto del valor. Sin bien lo valores deambulan con el hombre, sin embargo independientes del hombre y su mundo, El valor permanece en su ser por toda la eternidad nada le pasaría
Citarlo:
Astudillo M, C (2008) Resumen de Axiologia y Filosofía del Derecho.
Web: http://ceamtm.blogspot.com - Todos los Derechos Reservados.
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